Basada en la aclamada novela de Philip Roth, Pastoral Americana (2016) es una intensa tragedia contemporánea que disecciona con precisión quirúrgica los cimientos del llamado “sueño americano”. Dirigida por Ewan McGregor, quien también protagoniza el filme, la cinta nos lleva de la euforia idealista de la posguerra a la desilusión desgarradora de una familia fracturada por los conflictos ideológicos de los años sesenta.
La historia gira en torno a Seymour “Sueco” Levov, un ídolo local de la comunidad judía, admirado por su físico perfecto, su conducta impecable y su ascenso imparable como empresario. Tiene todo: una esposa ex reina de belleza (interpretada por Jennifer Connelly), una casa de ensueño en la campiña de Nueva Jersey, y una carrera prometedora. Pero lo que parece ser una vida perfecta se ve desgarrada por el quiebre interno más inesperado: su hija Merry, una adolescente tartamuda que se transforma en una activista radical y violenta, capaz de cometer actos que desafían los valores que sus padres creían sólidos e inquebrantables.
La película no solo retrata el drama familiar con gran sensibilidad, sino que refleja el colapso simbólico de toda una generación, atrapada entre ideales heredados y una realidad que se desmorona. McGregor construye un personaje complejo y vulnerable, mientras que la fotografía melancólica y los silencios elocuentes refuerzan el peso emocional de una historia que se cuece lentamente, como una bomba que nadie esperaba que estallara dentro del propio hogar.
Pastoral Americana es un retrato elegante, doloroso y profundamente humano de cómo incluso las vidas más “perfectas” pueden ocultar fracturas invisibles. Una historia sobre la pérdida, la desconexión generacional y la imposibilidad de comprender del todo a quienes amamos.